miércoles, 19 de marzo de 2008


No estoy enamorada de tí... pero te regalaría mi primera sonrisa del día sólo por saber a qué sabrá tu piel, a que huelen tus quejidos.

Tu arte, arte... moldear el arrastre de tus palabras, esas palabras donde te escondes.

Solamente por los silencios que dejas caer entre tus secretos, solo por ellos me dejaría engañar cada noche de mi vida, cada noche.

Me dejaría besar, me perdería en tu boca. Sólo quiero saber qué es estar muy cerca de tí, que tus dedos manejen mi espalda, que tus manos se enreden en mis piernas.

Haz que crees, yo fingiré también, que aunque mañana nos diga la realidad formal que todo acabó, repetiremos cada vez que nos crucemos de nuevo.

Engáñame a mí también, pero tropiézate conmigo. Engáñame, pero rómpete conmigo. Engáñame.

Tus ojos contienen a tu alma, que no se escape más; ciérralos ya o engáñame de nuevo.

Miénteme aún cuando no esté contigo.

Engáñame, hazme un sitio en tu recuerdo. Engáñame a mí también, tengo envidia de mis celos.