sábado, 13 de octubre de 2007

El cuarto de hysteria Morada



¿Cómo seria el cuarto de Hysteria morada?
Apenas concibo que exista un techo negro, piso rojo, paredes blancas y un sin fin de estrellas pelusas con infinitas confidencias flotando en el infinito espacio.
Es un palacio inmenso, casi como una pelota, así, con esa forma. Abunda caos de impulsos eléctricos que viajan por todo el largo mundo de diferentes caminos que no tienen fin, a veces hay uno que otro pincel atravesado aun con pintura, lienzos regados que besan modelos y paisajes insospechables en fotografías de antaño. Y a pesar de todo el material que pueda haber, la inmensidad del compacto Universo no es opacada.
Es un misterioso edén de complejidad y descanso. El cuarto de Hysteria morada tiene un pañuelo como cama, húmedo de la visita de lagrimas sin orear, todas estas mirando al cielo metafórico y brincando en el suelo que arde como 10 cm. de infierno sin limpiar.
Si encuentras un pedazo de hoja con cera derretida, seguro que fue un accidente inconcluso que arde para la más pequeña de las inspiraciones, la menos elegida.
El cuarto de Hysteria morada tiene los deseos ahogados y confusos de una Orquídea Disléxica. El cuarto de Hysteria morada no es más que el rincón proyectado a castillo donde abundan segundo a segundo gritos y silencios entre mojado y seco. Si por curioso encontraras el maullido de un gato, es por que asustaste la sombra de Hysteria morada que se encontraba escondida en el ombligo de la soledad contemplando morir una pelusa estrella en esa dispersa y extensa antología de pensamientos.
¿Te gustaría visitar el cuarto de Hysteria morada? Casi siempre esta solo, tiene una ventana redonda que parece un espejo victoriano, no hay puertas. De vez en cuando alguien logra encontrar el camino entre nervios y venas, hecha un vistazo y sigue su paso sin saber su verdadera vereda.
Hoy he caminado alrededor de un metro sesenta y cuatro cm. para llegar a mi cuarto, me encuentro frente a la ventana, estoy entrando donde duerme Hysteria morada.
En el cuarto de Hysteria morada hay retro-inversiones que dañan a Orquídeas Disléxicas atoradas en un mundo imaginado con paredes no cuadradas rayadas de crayola y una mar de lágrimas con una botella a flote, donde la dueña del cuarto suele salvarse, pintando, pensando y escribiendo feliz desde la inminente dualidad de simpleza y locura.

Nena Muñúzuri

9 de marzo 2007

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