domingo, 2 de noviembre de 2008

Te regalé mis ojos
dispuestos a tus reclamos y alagos
Te regalé mi seguridad mi dignidad
mis paseos mis tiempos y hasta mi curiosidad
Me mostré fuerte débil gloriosa y celosa
Me guarde los regaños la cotidianidad la humanidad
Te llevé lejos de casa
Me ofrecí sin límites, sin reservas
Finjo que me escuchas
Finjo que me lees
Finjo que me quieres
Finjo que no finjes
Tengo una coleccion de ti
imagenes, sonidos, sabores
parpadeos, caricias y condiciones
Recuerdo tu crecania
un sueño, una lujuria, una fantasía
Tu nombre se siente en las paredes de mi cuerpo
sin esperar más
sin esperar que hacer
Un nuevo comienzo inpredescible
Si mis ojos no me engañasen soñando
me hiciste confiar en el día, en la noche, en mañana
Me hiciste desconfiar de ti

Será esto suficiente?
o eres el único que puede mantener así de viva entre tanto dolor

3 comentarios:

José Zarzi dijo...

pues todo se puso rico...rico, rico.....cansado, ojeroso y con un extraño, como perdido sentimiento de abandono, ando por aqui de vago, me gustan tanto sus medias........

Anónimo dijo...

caerse?...como el poema de huidobro, la vida es un salto en paracaidas, quiza sin paracaidas, tal vez me he sentido asi aunque no lo nombre igual, excepto por la parte donde algo se me queda en el cielo, no se , me gusta tanto la tierra, los arboles, las lejanias pelonas de casas, uuuuffff, en fin, siento un hormigueo al unisono en patas panza y testiculos, una almohada grave sobre las orejas...besos....
zarzi

Yana dijo...

simplemente excelente, admiro tu manera de escribir, un abrazo grande desde mi mar.